Resonancias

ARI JENIK

Exposición Biblioteca UCA

Video Presentación:


Texto curatorial

“No los colores, ni la forma pura.
Memoria de la tinta.
Sedimento que decanta la luz
de su pigmento,
más allá de la tela y su armadura.”
Severo Sarduy

Resonancias. Tinta, papeles, pinceles. Equilibrio, armonía, contrastes. Aspecto sensible y variado de trazos multiformes. Blanco y negro. Algún color que se filtra, apenas. Una invitación a suspender la experiencia obvia del mundo. La selección de obras de Ari Jenik que forman parte de esta muestra intervienen el espacio en blanco de forma acompasada. La sensibilidad se despliega en grafías y trazos de distintos grosores e intensidades. Una conjunción de formas y signos que hunden sus raíces en la musicalidad.

Jenik transforma el trabajo del artista en una práctica integral, en donde los límites entre lo gráfico y lo sonoro se confunden. Lo acústico permea lo visual y la gestualidad atraviesa el sonido. La artista selecciona, prueba, crea herramientas, compone. Los ritmos -vitales y musicales- se despliegan en abstracciones líricas. Las imágenes ecualizan la multiplicidad y variedad del ritmo que se expande como metáfora y símbolo del proceso fisiológico de la respiración. El “sonido gráfico” se vuelve proyección de un mundo interno, meditación activa, pensamiento en acción. Abre intervalos en el vacío: silencios y espacios no pintados. Este aspecto del proceso artístico de Jenik recuerda como un eco la filosofía del Tao. Para estas tradiciones, recordemos, el vacío no es algo vago o inexistente, sino un elemento dinámico y activo. El concepto de vacío se encuentra íntimamente ligado al de los alientos vitales, las transformaciones y la plenitud. Mediante el vacío el hombre puede convertirse en espejo y fuente de imágenes y formas, puede percibir el ritmo del espacio y el tiempo, dominar la ley de la transformación. Se permite la superación de las oposiciones rígidas ofreciendo la posibilidad de una experiencia estética totalizadora.

La artista enfrenta el vacío, se concentra en su respiración, habilita el soplo creativo que despliega instantáneas cadencias de tinta. Los cambios y mutaciones de las pinceladas encarnan, a su vez, lo uno y lo múltiple. Remiten a la antigua problemática del arjé, principio originario y vital, causa y origen primordial de lo fenoménico. En las obras de esta exposición retumban los elementos naturales que en sus metamorfosis devienen acción unificadora del despliegue de la naturaleza misma. Fuego, tierra, aire y agua laten en las obras, sostenidas por la propia musicalidad de los ciclos de la vida. Jenik invita en esta muestra a una experiencia de escucha profunda, a sumergirnos entre pulsaciones líquidas, explosiones rítmicas y bellos silencios.

Verónica Parselis