Exposición: 2019
Leonardo da Vinci, el homo universalis, el sabio renacentista, el artista versado en diversos ámbitos del conocimiento humano. No sólo era pintor, escultor, arquitecto y dibujante, también fue ingeniero, versado en aerodinámica e hidráulica y un curioso anatomista. Incursionó, también, en los terrenos de la cocina, la poesía y la botánica. Sin embargo, su figura ha llegado a la actualidad envuelta en un halo de misterio. Sabemos que sus primeros trabajos vieron la luz en Milán, al servicio del duque Ludovico Sforza. Después viajó aRoma, Bolonia y Venecia, pasando los últimos años de su vida en Francia, invitado por el rey Francisco I. Como ingeniero e inventor desarrolló ideas muy adelantadas a su tiempo, como el helicóptero, el carro de combate, el submarino, el automóvil y la bicicleta, aunque muy pocos de sus proyectos llegaron a construirse realmente. Se cumplen en 2019, 500 años de su muerte.
“El pintor es dueño de todas las cosas que pueden pasar por la mente del hombre, porque si tiene deseos de ver bellezas que lo enamoren es dueño de generarlas, y si quiere ver cosas monstruosas que lo espanten, o que sean bufonescas o risibles, o realmente dignas de compasión, él es su dueño y creador. (…) Y en efecto lo que hay en el universo por esencia, presencia o imaginación, primero lo tiene en la mente, y luego en las manos, y son estas tan excelentes que al mismo tiempo, tanto generan una proporcionada armonía con una sola mirada, como hacen las cosas.” (Leonardo Da Vinci, Tratado de la pintura, VI, 1498 )
Hasta Junio de 2019 Biblioteca Central
Curaduría: Verónica Parselis
